En el Imperio romano había diferentes clases sociales, y
cada una de ellas tenía unos derechos diferentes. La mayoría de los
ciudadanos eran libres, por lo que gozaban de la ciudadanía por lo que
no pagaban impuestos, tenían derechos políticos y estaban protegidos por
las leyes romanas. Pero dentro de estas personas libres había también
diferencias. Unos pocos tenían riquezas, eran los llamados Patricios, que
eran personas pertenecientes a la nobleza, entre los que encontramos a
los senadores, altos cargos del imperio u hombres enriquecidos. Estos
eran la minoría de la población, y contaban con todos los derechos
políticos y muchos recursos económicos. Pero la mayoría de la población
eran Plebeyos, que aunque poseían ciertos derechos, no
tenían tantos como los Patricios. Por otro lado encontramos a las
personas no libres, los esclavos, que no eran considerados personas, se
podían comprar y vender como mercancía y no tenían ningún derecho.