martes, 4 de octubre de 2016

El juego en la antigua Roma

Niños jugando con nueces, panel de un sarcófago, obra romana del siglo III (Museo Vaticano). Haz clic en la imagen para ampliarla.
En la actualidad, los juguetes electrónicos son los grandes dominadores en las preferencias de los niños a la hora de divertirse. Los que somos un poquito “más mayores” durante nuestra infancia y quizás de más mayores, para pasarlo bien, jugueteamos con innumerables juegos que podríamos calificar como “más tradicionales”: la pelota, los dados, la peonza…
¿Alguien se ha parado a pensar con qué se divertían los niños hace 2.000 años? Pues con juegos a los que casi todos hemos jugado alguna vez.
Los recién nacidos se entretenían con campanillas en forma de animales; los niños más mayores con aros, peonzas, cometas, carretes (usados como yo-yo)… y las niñas, jugaban a cocinitas y con muñecas de terracota o madera tallada, algunas muy sofisticadas en las que articulaban brazos y piernas. Era frecuente que tuvieran mascotas  (delicium) a las que les llegaban a  tener tanto aprecio que cuando un crío moría, se acostumbraba a representar a su mascota en el sepulcro. Cigarras y grillos cantores eran sus preferidos, guardándolos en cajitas.

 Veamos a qué jugaban, seguro que reconoceréis muchos de ellos:
  • Canicas (ocellates): el más popular. Hechas con barro cocido o piedrecitas redondas en ocasiones dibujadas. Se han encontrado incluso canicas de esa época hechas de vidrio transparente, obtenido del sílice y cenizas. Fue tan popular que incluso el joven Octaviano -futuro emperador César Augusto-, bajaba de su litera para jugar con los niños de la calle.

Escultura de una niña de la antigua Roma que está jugando con las tabas.
  • Tabas (talus): hueso de las patas de cordero, oveja o cabra, generalmente el astrágalo o talón, con seis caras, de las cuales solo se cuentan cuatro, las que son iguales. En el juego se emplean de tres a cuatro tabas. Los niños de familias pudientes usaban en su lugar piezas de marfil o cristal, semejantes a los huesecillos. Las reglas del juego eran similares a las de los dados siendo la mejor tirada la venus y, la peor (cada cara diferente), canis. En ocasiones utilizaban cubiletes para evitar las trampas.
Conjunto de tabas. Haz clic en la imagen para ampliarla.
  • Dados (tesserae, cubi): cubitos de huesos, marfil, madera o mármol con un número, del uno al seis, impreso en cada lado. Se utilizaban dos o tres dados venciendo el que sacaba un seis en todos los dados. Para tener suerte en la jugada solían invocar a una divinidad o pronunciaban el nombre de la mujer que amaban.
  • El ephedrismo: que consistía en golpear con un accesorio un objeto clavado en el suelo debiendo, el perdedor, llevar sobre sus hombros con los ojos tapados al ganador hasta que llegaran a una meta.
  • La morrasimilar al de los “chinos”, debiendo adivinar cuántos dedos sacaría el contrario.
  • La peonza (buxus): hecha de madera de bog, tenía gran aceptación entre los niños.
  • El aro: de diferentes tamaños según las edades. En ocasiones con cascabeles que sonaban al rodar.
  • La gallina ciega, el escondite.
Otros menos populares:
  • Cara o cruz (caput aut navis): tiraban una moneda al aire y elegían de que lado caería. En un lado aparecía grabada la cabeza de “Jano” y en el otro una nave.
  • Pares o nones: encerrando en su puño piedrecitas o pajas.
  • La mosca de bronce: vendando los ojos al niño y gritando “yo cazaré a la mosca de bronce”. El resto respondía diciendo “tú la cazarás pero no la atraparás”. Entonces corren zumbando hasta que es atrapado uno de ellos.
  • Mormolycion: equivalente a dar sustos con una máscara en la cara.
  • Columpio: con un carácter simbólico religioso ya que se consideraba que había sido inventado por el Dios Baco.
  • Micare:  dos jugadores puestos de frente a una distancia oportuna levantan la mano derecha con algunos dedos tendidos y otros replegados mientras dicen un número; el que acierta la cantidad de dedos desplegados entre la derecha de los contendientes es el que gana. El número no puede ser superior a diez.
Muñeca articulada, marfil, Museo Nacional Romano (Museo Nacional de Roma).
Juegos de mesa:
  • Latrunculi: jugado sobre un tablero cuadrado y guijarros, similar al ajedrez o a las damas.
  • Ludus duodecim litterarum -tablero de tres filas y doce espacios donde se movían unas fichas según unas normas que desconocemos; la tabula; el tres en raya…
Los adultos también se divertían:
  • Juego de la pelota, procedente de Grecia y al que jugaban incluso los hombres más importantes como Julio César, Augusto…
  • Danza, música, natación tirándose al río Tíber, montar a caballo, gimnasia, caza, pesca, lucha…
Juegos de azar:
Los preferidos por los romanos. Llegaban a apostar grandes cantidades de dinero. El emperador Augusto perdió en una sola noche 20.000 sestercios y Nerón apostaba en cada partida 400 sestercios. Además de dinero se jugaban joyas, objetos preciosos e incluso las túnicas de sus esclavos.
Nuestra actual “Ruleta” de los casinos tiene su antecedente en los militares romanos. Utilizaban las ruedas de los carros marcados con números u objetos y en otras ocasiones usaban sus propios escudos. De esta manera se entretenían durante los descansos tras sus largas y agotadoras jornadas, apostando los escasos ingresos que poseían como legionarios.