jueves, 22 de noviembre de 2012

MIÉRCOLES. ORIGEN DE LA PALABRA

Miércoles es, etimológicamente, el día de Mercurio. Este era para los romanos el dios del comercio, el protector de los viajeros y el emisario de los dioses.

En latín clásico, el nombre del día de la semana era Mercuri dies ‘día de Mercurio’. De ahí tenía que haber salido miércole si todo hubiera seguido su curso; pero se coló una -s antietimológica por analogía con martes, jueves y viernes, que eran Martis dies, Jovis dies y Veneris dies, respectivamente. Siguiendo ese modelo, la gente empezó a decir Mercuris dies. Eso mismo es lo que le pasó a lunes.
En castellano, miércoles perdió el elemento dies porque se impuso la versión abreviada Mercuris. Sin embargo, en otras lenguas románicas sí que se conserva dicho elemento embebido en el nombre. En francés e italiano va al final (mercredi, mercoledi) porque vienen de la versión Mercuris dies. En cambio, en catalán dimecres aparece antepuesto porque salió de dies Mercuris.
 

viernes, 2 de noviembre de 2012

POMPEYA estudio científico

jueves, 4 de octubre de 2012

CLASES SOCIALES EN ROMA

La sociedad romana, se basaba en la desigualdad, y, como en toda sociedad desigual, la tensión entre las clases y su dialéctica es el motor de su historia y su principal característica. La tensión entre patricios, clientes, plebeyos y las rebeliones de los esclavos fueron las más importantes noticias políticas; las tres primeras fueron las clases con mayor actividad política; las otras dos, menos. Esta organización social no fue la misma durante toda la historia de la antigua Roma. Hubo tensiones, cambios, evolución. En los primeros tiempos la desigualdad social se basaba en el nacimiento y en la religión. La sociedad romana presentaba dos grandes tipos de ciudadanos: los libres y los no libres (los esclavos, lat. servi). Los ciudadanos libres, a su vez, se dividían en privilegiados (los patricios, en lat. patricii) y en no privilegiados. Los ciudadanos no privilegiados podían ser independientes (los plebeyos, en lat. plebeii) o dependientes (los clientes y los libertos, en lat. liberti).

Patricios :Eran las primeras familias asentadas en Roma y sus descendientes. Cada una pretende descender de un antepasado más o menos divinizado (pater). Los que tienen un mismo pater forman una gens, llevan el mismo apellido (nomen gentilicium) y celebran un mismo culto (sacra gentilicia). Desde el principio de Roma, los patricios y sus familias constituyen el primer eslabón social. Estos patricios poseían esclavos, probablemente muchas veces en gran número. Los patricios están en la base de la fundación de Roma y, por tanto, son ciudadanos romanos. Tiene la exclusiva de los cargos públicos, y dirigen la vida de Roma. Más tarde el derecho de ciudadanía se extiende a las llamadas minores gentes, es decir a los que procedentes de otras ciudades o dentro de la misma ciudad sin ser patricios, adquirieron la ciudadanía romana. Los patricios decían que eran los parientes de los fundadores de Roma. (Rómulo fue el fundador y primer rey de Roma) - Solo los Patricios podían llevar en su cortejo fúnebre los ius imaginum (derechos de imágenes), que consistía en actores con mascaras que imitaban a los antepasados del difunto para simular que venían a recibirlo.
Clientes: Los clientes eran los extranjeros o refugiados pobres, sujetos a patronazgo de un patricio, el cual le brindaba ayuda económica, lo defendía ante la ley, y lo dejaba participar de las ceremonias religiosas a cambio de que éste lo acompañe en la guerra y lo ayude en todos los trabajos en el que el patricio lo solicitara. Los patricios se enorgullecían de tener clientela grande o importante
Plebeyos: Constituyen la mayor parte de la población (la multitud), compuesta también con extranjeros, refugiados pobres o clientes que se habían enemistado con sus "patronos". Eran considerados hombres libres, por lo que no podían participar en lo político ni en lo religioso. Esclavos Es el destino normal de los presos de guerra. Legalmente, carecían de todo derecho: eran instrumentum vocale ("herramienta que habla"). Hacían gratis los peores trabajos y de por vida. El trato dependía del carácter personal del amo. Llegaron a ser numerosísimos con la expansión de Roma.

PEINADOS ROMANOS

Las mujeres romanas, como las griegas, llevaban el cabello largo y lo sujetaban con cintas y trenzas. Evolucionan los peinados según épocas y clases sociales. Las jóvenes, antes de casarse, se peinaban de forma sencilla, recogiendo el cabello en un moño sobre la nuca con trenzas o cola de caballo. Las mujeres casadas, en principio, llevaban un peinado característico, las sex crines, seis trenzas; peinado que también llevaban las vestales, sacerdotisas muy importantes en la vida social y religiosa romana. A lo largo del imperio, los peinados fueron complicándose siguiendo unos modelos: sujetaban todos los cabellos con cintas sobre la nuca, llevaban varios pisos formando un peinado alto, disponían los cabellos en semicírculo con tirabuzones alrededor... Todos estos peinados necesitaban postizos, agujas comatoriae, redecillas y las manos de esclavas expertas. También era habitual el uso de pelucas rubias y de tintes para aclarar el color de los cabellos. La profesional de la belleza femenina se llama Ornatrix era una mezcla de peluquera, esteticien y asesora de imagen cuya finalidad fundamental era embellecer a las matronas romanas. En lo que respecta a las funciones de peluquería lavaban el pelo a las clientas, hacían eliminar las canas más visibles arrancándolas con pinzas y eran expertas en la confección de recogidos, elemento fundamental para diferenciar a simple vista a una dama y a una prostituta (ellas lo llevaban suelto). Estas profesionales también fabricaban pelucas que se llamaban CAPILLAMENTUM, con pelo importado de la India o que cortaban a las esclavas, también pintaban las zonas calvas de la cabeza. El color rubio causaba sensación entre ambos sexos y para conseguirlo se echaban polvo de oro, en el siglo VI a. C. los romanos adoptaron de los griegos la costumbre de teñirse el pelo color amarillo rojizo, consiguiendo este color con jabón caustico (espuma caustica o bátava) a base de sebo y cenizas. También se colocaban pelucas traídas desde Germania.

RESUMEN DE LA HISTORIA DE ROMA

viernes, 28 de septiembre de 2012

3ª GUERRA PÚNICA


TERCERA GUERRA PÚNICA

Aunque las dos partes estaban en paz desde el final de la Segunda Guerra Púnica, Roma no podía permanecer apacible con el rival, porque incluso con todos los embargos e impuestos que el tratado de Paz que habían impuesto los romanos a los cartagineses en la última guerra (Segunda guerra Punica), Cartago había superado todas las la adversidad y volvía a prosperar.

Ante esto, Roma no podía permitir que su viejo rival volviese a resurgir, y a continuación, utilizo una artimaña de uso frecuente en la antigüedad. Como Cartago estaba prohibido hacer la guerra contra cualquier pueblo, sin el consentimiento del Senado romano , según el Tratado de Paz, Roma envío ordenes en secreto a sus nuevos aliados, los numidias, en África para atacar el territorio cartaginés y provocar un enfrentamiento.

Durante tres años, los Cartaginés pidieron al Senado romano que se les otorgue el derecho de defensa, pero siempre eran ignorados por los romanos, esto desemboco el conflicto cuando los Cartigeneses finalmente decidieron defenderse a sí mismos, y así se creó el pretexto que Roma necesitaba para atacar a Cartago. Luego, en el año 149 A.C. legiones romanos atacaron y sitiaron la ciudad de Cartago.

La caída de Cartago: Destrucción total 

Se inicio con un sitio que duró tres años, y según la leyenda fue tan duro que las mujeres se cortaron el pelo para hacer cuerdas y fabricar armas de guerra, los habitantes cartagineses lucharon día y noche para defender su ciudad. Los cartagineses soportaron el asedio desde el año 149 aC hasta la primavera del 146 aC, cuando Publio Cornelio Escipión Emiliano tomó la ciudad en una tormenta. Aunque los ciudadanos cartagineses lucharon valientemente, inevitablemente sucumbieron gradualmente por la abrumadora fuerza militar romana. Los romanos tuvieron paciencia para enfrentarse casa por casa de la ciudadela interior y superar la última resistencia de los pobladores que defendían cada metro cuadrado .

Después de la batalla, la poderosa Cartago, fue destruida y convertida en ruinas con sólo un botín de aproximadamente 50.000 sobrevivientes, la mayoría mujeres y niños que fueron vendidos en los mercados de esclavos . El odio de los romanos era tan grande, al viejo rival, que según la leyenda, después de la caída de la ciudad, fue totalmente destruida y su terreno salado para que nada creciese en ella.

La tarea fue tan bien ejecutada que, aún hoy los arqueólogos no saben la ubicación exacta de la ciudad. La Cartago que aparece en los mapas romanos después de las Guerras Púnicas es una ciudad fundada por Roma como una colonia.

2ª GUERRA PÚNICA

Tras la derrota en la Primera Guerra Púnica, Cartago se vio obligada a pagar a Roma indemnizaciones de guerra millonarias. Para hacer frente a los pagos, llevó a cabo una nueva expansión ultramarina por las ricas tierras de la Península Ibérica, repletas de fértiles valles y ciudades populosas. Los ejércitos cartagineses, al mando de Amílcar Barca, ocuparon el sur de Hispania, pero Amílcar fue asesinado por un indígena, y el control de las tropas pasó a manos de su hijo Aníbal, que apenas contaba 22 años. Roma había pactado con los cartagineses una frontera en el río Ebro. Pero al sur del Ebro, en zona cartaginesa, se encontraba la ciudad de Sagunto, que había suscrito una alianza con Roma para defenderse de los púnicos. En su afán por conquistar toda la zona asignada, Aníbal puso cerco a Sagunto, y la ciudad pidió ayuda a sus aliados romanos. Corría el año 218 cuando Roma declaró la guerra a Cartago. Comenzaba la Segunda Guerra Púnica, que iba a decidir la Historia de Occidente. El comienzo de la guerra Los romanos pensaron que el enfrentamiento tendría lugar en la Península Ibérica. Pero Aníbal, que aunaba una extraordinaria capacidad táctica con una visión estratégica de largo alcance, diseñó un plan más ambicioso para el sometimiento de Roma. Mientras el Senado romano enviaba todos sus efectivos a Hispania, Aníbal dejó a su hermano Asdrúbal al frente de las tropas de la Península, y lanzó a su ejército a una increíble travesía cruzando los Pirineos y los Alpes, para atacar Roma por el Norte. Nadie podía esperar que un ejército entero se atreviera a cruzar los terribles pasos de alta montaña en invierno, por sendas nunca antes transitadas. La hazaña le costó a Aníbal la pérdida de un ojo y la muerte de la mayoría de los elefantes, pero las desprevenidas legiones romanas fueron derrotadas por tres veces en el norte de Italia, en las batallas de Tesino, Trebia y Trasimeno. Y así, en la primavera del año siguiente, ningún ejército se interponía ya entre Aníbal y Roma. Aníbal a las puertas de Roma La llegada del cartaginés sembró el pánico en la capital. En las calles, la muchedumbre aterrorizada no dejaba de gritar: Anibal ante portas!, ¡Aníbal a las puertas de Roma!. Las murallas de la ciudad habían olvidado ya la última vez que tuvieron que hacer frente a una amenaza semejante, y no resistirían un asedio. Las únicas legiones disponibles se hallaban en Hispania; los generales que podrían encabezar una resistencia desesperada, a semanas de distancia. Roma estaba perdida. A Aníbal le bastaba alargar la mano para tomar la ciudad y reducirla a cenizas. Pero, misteriosamente, Aníbal no descargó el golpe. El cartaginés comprendía que la verdadera fuerza de Roma no se escondía tras sus muros. Si se detenía ante la capital, si comprometía a su ejército en un asedio que podría durar semanas, corría el riesgo de ser sorprendido en cualquier momento por los pueblos itálicos del Sur o por las legiones que volvieran de Hispania desde el Norte. Para derrotar definitivamente a Roma Aníbal necesitaba dos cosas: obtener refuerzos de Cartago y privar a Roma de sus aliados itálicos. Por eso, pasando de largo ante la ciudad, se dirigió hacia el Sur. La batalla de Cannas Aprovechando el respiro, Roma, cuyos recursos parecían inagotables, reunió un nuevo ejército de ochenta mil hombres, el mayor que nunca hubiera comandado un general romano, y el verano del año 216 a.C. se enfrentó con Aníbal en la llanura de Cannas. La desigualdad de efectivos era de tres a uno a favor de los romanos. Pero, a pesar de ello, Aníbal consiguió envolver al ejército enemigo y aniquilarlo completamente. La batalla de Cannas se recuerda como uno de los mayores prodigios de estrategia militar de todos los tiempos. Buscando aliados Libre de toda oposición, Aníbal intensificó su actividad diplomática, tratando de convencer a los aliados de Roma de que abrazaran la causa cartaginesa. Tuvo éxito con algunos pueblos, si bien la mayoría prefirió permanecer leal a Roma o expectante. Reclamó nuevos refuerzos de Cartago, pero la ciudad no se atrevía a desviar todos sus efectivos y quedar tan desprotegida como Roma.
 
OTRO RESUMEN DE LA SEGUNDA GUERRA PÚNICA

La Segunda Guerra Púnica, También conocido como La Guerra de Aníbal y por los romanos de esos tiempos como La guerra contra Aníbal, se prolongó desde el año 218 hasta el año 201 a. C. y participaron combatientes en el Mediterráneo occidental y oriental. Esta fue la segunda gran guerra entre la Cartago y el República Romana, Con la participación de la Bereberes en el lado de Cartago. Los dos estados habían tres grandes conflictos entre sí en los cursos de su existencia. Se les llama “Guerras Púnicas” debido la palabra latina Punici, Derivado de Phoenici, hace referencia a Cartago de ascendencia Fenicia.


Antecedentes de la Segunda Guerra Punica 
Cartago había sufrido enormemente durante la Primera Guerra Púnica, No sólo había perdido la isla de Sicilia, sino que también perdió su superioridad naval en el mediterraneo cediendoselo a la Republica de Roma. Además, la indemnización de guerra impuesta a Cartago por Roma provoco una quiebra economica en el imperio cartagines. Pocos años después de la Primera Guerra Púnica, mientras que Cartago se ocupo de sofocar una rebelión encendida por los mercenarios no remunerados, Roma se apoderó de las islas cartaginesas de Cerdeña y Córcega. No obstante Cartago logró recuperarse y comenzó a expandir su influencia sobre la Península Ibérica (Hispania).

Inicio y desarrollo de la Segunda Guerra entre el imperio de Cartago y la Republica de Roma
La Segunda Guerra Púnica comenzó cuando Cartago capturó la ciudad ibérica de Sagunto, un aliado nominal de Roma. El famoso general cartagines Aníbal estaba decidido a aniquilar a Roma. A falta de un poder naval, Aníbal tuvo un gran ejército, incluido elefantes a través de Francia y sobre los Alpes en Italia. La llegada del ejército de Aníbal en Italia desencadenó numerosas rebeliones contra el dominio romano y Aníbal derrotó decisivamente a Roma en una serie de batallas aplastantes sobre los ejércitos romanos como la batalla de la Trebia y la emboscada en el Lago de Trasimeno donde las tropas romanas fueron cercadas y destrozadas. Roma se basó en el empleo de la Estrategia de Fabian Máximo (dictador romano) quien decidio evitar el conflicto directo con Aníbal en Italia, sino mantenerlo ocupado mientras que los romanos fueron capaces de conquistar con exito la region de Iberia. Aníbal no tenía equipo de asedio adecuados para tomar Roma y no podía llamar a los refuerzos de Cartago por falta de poder naval. el general Asdrúbal proveeria a Aníbal en los Alpes con un segundo ejército, pero fue derrotado antes de llegar a Aníbal.




Victoria romana sobre Cartago 

Mientras tanto en la Península Ibérica, que servia como la principal fuente de mano de obra para el ejército cartaginés es amenazada por una expedición romana bajo el mando de Publio Cornelio Escipión el Africanoquien tomó nueva Cartago (Hispania) por asalto y puso fin al dominio cartaginés en Iberia. Finalmente, Aníbal hizo un retiro apresurado de vuelta a Cartago para cenfrentarse con Escipión el Africano en África del Norte en la batalla de Zama, aquí los romanos vencieron a Cartago, Poniendo fin a la Segunda Guerra Púnica. Cartago nunca más ozo desafiar la hegemonía de Roma sobre el Mediterráneo y dejó de ser una gran potencia y se convirtió en un estado de cliente romano, que medio siglo más tarde, sería conquistada completamente por Roma en la Tercera Guerra Púnica, que era simplemente un sitio de la ciudad de Cartago por Roma.


Conclusiones sobre la Segunda Guerra Púnica

Quizás la principal debilidad de los cartaginéses fue su incapacidad para incorporar a los pueblos locales de Túnez a su cultura, que significo que permanecieran como extranjeros en las costas de Africa. Esto significaba que tenían que depender de mercenarios en lugar de una gran población local. Roma, por el contrario eran un pueblo local con un fuerte sentido de identidad en un zona agrícola interior. Ellos fueron capaces de extraer una población rural grande justo antes del comienzo de las Guerras Púnicas. Por ejemplo Pirro de Epiro, invadió Italia pero se frustró cuando cada vez que derrotaba a los romanos estos fueron capaces de reclutar a otro ejército enorme, aunque siguió derrotando a los romanos en las batalla, agotó a sus hombres y terminó abandonando Italia. En cierta medida Aníbal enfrentan el mismo problema, a pesar de que derrotaron a los romanos en la batalla en muchas ocasiones, los romanos fueron capaces de elevar un nuevo ejército contra Cartago.

1ª GUERRA PÚNICA



Origen del conflicto Cuando, el año 272 a.C., la colonia griega de Tarento, en el Sur de Italia, cayó en manos de los romanos, Roma dominaba ya toda la península y se había convertido en uno de los estados más poderosos de su entorno. Era sólo cuestión de tiempo que su camino se cruzara con el de la otra gran potencia del Mediterráneo occidental: Cartago. La ciudad de Cartago, en la costa norte de la actual Túnez, había sido fundada el siglo IX a.C. por marineros fenicios, que construyeron este enorme puerto en el centro de las rutas comerciales que surcaban el Mediterráneo. Además de su estratégica posición para el comercio, Cartago estaba rodeada de tierras fértiles, y muy pronto, los cartagineses (que también recibían el nombre de púnicos), extendieron su dominio hasta Sicilia. Allí tomaron contacto con los romanos, que se encontraban en plena expansión, y las dos potencias comenzaron a vigilarse con recelo. Sicilia, rica en cereales, estaba poblada por prósperas colonias griegas, muchas de las cuales estaban dominadas por los cartagineses. Sin embargo, una de ellas, Mesina, situada en el estrecho entre Italia y la isla, decidió llamar en su auxilio a los romanos para que expulsaran a la guarnición cartaginesa que controlaba la ciudad. Cuando los mensajeros de Mesina llegaron al Senado se produjo una larga deliberación. Todos eran conscientes de que enviar ayuda militar a la ciudad desencadenaría un terrible enfrentamiento con Cartago, cuyas últimas consecuencias eran imprevisibles. Al final, los romanos decidieron enviar a sus soldados. Era el año 264 a.C. y daba comienzo así la primera de las Guerras Púnicas, tres terribles enfrentamientos entre romanos y cartagineses que decidirían el destino de Occidente. Primera Guerra Púnica Roma –que poseía sólo una pequeña flota- apenas tenía experiencia en batallas navales. Así que, al principio, los cartagineses destruían con facilidad las naves que enviaban los romanos, mal dirigidas por sus inexpertos almirantes. Pero cada derrota enseñaba a los romanos algo nuevo. Al final, se percataron de que su infantería era superior a la cartaginesa, y decidieron aprovechar esa ventaja. Para ello, diseñaron unas pasarelas de madera terminadas en garfios, con las que los legionarios podían cruzar hasta las naves enemigas. Los cartagineses sabían manejar mejor sus trirremes, pero sus marineros no estaban preparados para combatir cuerpo a cuerpo, y terminaron siendo derrotados. Después de veinte largos años de guerra, en el año 241 a.C., los romanos se convirtieron en los únicos dueños de Sicilia, que pasó a ser la primera provincia romana. Compromisos de Cartago La derrotada Cartago se comprometió a no atacar jamás a un aliado de Roma, y tuvo que hacer frente a unas indemnizaciones millonarias. La cuantía de las compensaciones era tan elevada, que los cartagineses no podían pagarlas con los beneficios de sus dominios en África, y decidieron expandirse por las ricas tierras de la Península Ibérica. Pero, tras su victoria sobre Cartago, Roma se había convertido en una potencia temible, y también había puesto sus ojos en las tierras de Hispania. Así que para evitar un nuevo enfrentamiento, decidió repartirse la Península con Cartago. La frontera se situaría en el Ebro. Los territorios al norte de este río serían para Roma, los del sur, para Cartago.

TARQUINIO EL SOBERBIO, EL ÚLTIMO REY ETRUSCO

El último de los reyes que tuvo Roma, Tarquinio el soberbio, encarnó como ningún otro la figura del tirano oriental que tanto acabarían odiando los romanos. Después de haber alcanzado el poder asesinando a su suegro (Servio Tulio), Tarquinio fue el primer monarca que se rodeó de una guardia personal para protegerse. Ansioso de gloria, llevó a cabo importantes campañas militares en territorio etrusco, y también realizó obras de gran envergadura en la ciudad, entre las que destaca la construcción del majestuoso Templo de Júpiter en la cima del Capitolio, que sería durante siglos el más importante de Roma. A él se deben también el servicio personal obligatorio en la milicia, y el reparto gratuito de trigo a la población, llamado annona. Pero sus victorias y sus construcciones no disimulaban su crueldad. Cansado de su despiadada arbitrariedad, el pueblo buscaba el modo de desembarazarse de su tiranía. El desencadenante de su caída fue la muerte de la joven Lucrecia. Esta honesta esposa había sido forzada por un hijo de Tarquinio, y tras confesar su desgracia a su padre y su marido, se suicidó delante de ellos atravesándose el corazón. La ciudadanía, encolerizada al enterarse del suceso, decidió expulsar al rey y a toda su familia. Corría el año 509 a.C. y comenzaba la República romana, que gobernaría la ciudad durante cinco siglos. Resumen de la monarquía y conclusión Siete reyes habían gobernado Roma durante 250 años: los cuatro primeros, incluido Rómulo, pastores y agricultores de origen latino y sabino; los 3 últimos, de origen etrusco. Y se puede decir que su reinado fue positivo para Roma, que creció y se desarrolló como ciudad, alcanzando el predominio sobre el resto de los pueblos del Lacio. Pero Tarquinio el Soberbio dejó un recuerdo tan odioso en la memoria de los romanos, que éstos renegaron para siempre de la monarquía, y no era concebible entre los políticos de la ciudad peor traición que la de querer convertirse en rey. Aunque hubo emperadores que superaron con creces las maldades de Tarquinio en el ejercicio de su poder, en el resto de su larga historia los reyes jamás volverían a Roma.

EL RAPTO DE LAS SABINAS

Para poblar la ciudad recién creada, Rómulo aceptó todo tipo de prófugos, refugiados y desarraigados de las ciudades vecinas, de procedencia latina. La colonia estaba formada íntegramente por varones, pero para construir una ciudad se necesitaban también mujeres. Pusieron entonces sus ojos en las hijas de los sabinos, que habitaban la vecina colina del Quirinal. Para hacerse con ellas, los latinos organizaron una gran fiesta, con carreras de carros y banquetes, y cuando los sabinos se encontraban vencidos por los vapores del vino, raptaron a sus mujeres. Al regresar a sus casas y descubrir el engaño, los sabinos declararon de inmediato la guerra a los latinos. La traición de Tarpeya Antes de partir al campo de batalla, Rómulo encomendó la custodia de la ciudad a la joven Tarpeya, pero ésta, enamorada en secreto del rey de los sabinos, o anhelando una recompensa, prometió al monarca enemigo que le mostraría una vía oculta que conducía al Capitolio (donde estaba la fortaleza latina), a cambio de lo que él llevaba en el brazo izquierdo, en alusión a un brazalete de oro del rey. En efecto, los sabinos alcanzaron la ciudad gracias a las indicaciones de Tarpeya, pero en vez de entregarle su pulsera, el rey sabino ordenó a sus hombres que aplastaran a la traidora con sus escudos, que llevaban, precisamente, en el brazo izquierdo. Otra versión de la leyenda cuenta que los romanos descubrieron su traición, y que la arrojaron al vacío por un precipicio, que pasó a llamarse la roca Tarpeya, inaugurando así la costumbre de castigar a los traidores a la patria lanzándolos desde ese punto. Intervención de las sabinas La ayuda de Tarpeya no evitó que sabinos y latinos se enfrentaran en el campo de batalla. En un momento del combate, en una célebre escena, múltiples veces representada en el arte, las sabinas se interpusieron entre los contendientes, abrazándose al cuello de sus maridos y familiares, para suplicarles que detuvieran la pelea. Pues si vencían los sabinos, ellas perderían a sus maridos, y si vencían los latinos tendrían que llorar la muerte de padres y hermanos. De modo que los contrincantes depusieron las armas y firmaron la paz. Con esta leyenda ilustraban los romanos que su ciudad había nacido de la unión de dos pueblos: latinos y sabinos, a los que pronto se sumó un tercer elemento: los etruscos, un pueblo muy avanzado, que poblaba la actual Toscana y que poseía importantes intereses comerciales en la región del Lacio.

miércoles, 30 de mayo de 2012

CURIOSIDADES Y ETIMOLOGÍA

La palabra candidato proviene de la palabra latina candidus (blanco), hace referencia a la ropa blanca que vestía el aspirante para demostrar la pureza de sus intenciones políticas.

INSULAE

Las Insulae eran bloques de viviendas, normalmente en régimen de alquiler. Eran utilizadas por los ciudadanos menos adinerados. su nombre significa isla, con el mismo sentido que hoy en español utilizamos manzana o cuadra. En la parte inferior se instalaban tiendas y talleres. Las insulae se construían de ladrillo y argamasa, similares a los edificios de apartamentos actuales. En ellas se situaban tiendas y talleres en la planta baja. En el entresuelo se disponían los alojamientos para los trabajadores de estos negocios y las plantas superiores se dividían en apartamentos.

DOMUS

La Domus era la casa de una familia romana con bastante nivel económico, donde residía la familia con sus esclavos. su nombre viene de "dominus" que significa señor en latín. La casa solía tener dos partes, y una sola planta. La entrada de la casa había una puerta era vigilada por un esclavo. Después se llegaba a un patio, elemento característico de la domus, cubierto y con una abertura central llamada compluvium por la que entraba el agua de lluvia que se recogía en el impluvium. Sus medidas eran variables, pero la mayoría de las edificaciones median más de 100 metros de largo, y 30 metros de ancho aproximadamente. El patio, atrio, constituía el centro de la vida doméstica, desde él se llegaba a los triclinios (triclinium) eran estancias donde se celebraban cenas o se dedicaban al reposo. Los dormitorios se denominan cubiculum. Otras estancias eran la culina (cocina) y los baños. También existían bodegas subterráneas.

MONEDAS ROMANAS

LAS TERMAS EN LA ANTIGUA ROMA

La aportación fundamental de la arquitectura romana son las termas (verdadera construcción romana), aunque también tenemos la utilización del arco de medio punto, que es otra característica fundamental de su arquitectura. Las termas romanas son recintos públicos destinados a baños para la civilización romana. En las antiguas villas romanas los baños se llamaban balnea o balneum y si eran públicos thermae o therma. Las termas eran un sitio para bañarse, pero también para pasar el tiempo (lugar para pasear, hablar con los amigos o realizar ejercicios físicos). Todos podían acceder a las termas pagando un módico precio. Se cuidaba el ambiente con una delicada decoración en donde no se escatimaban medios, llenando las estancias de maravillosos frescos, mosaicos y estatuas. Tenemos distintas estancias dentro de las termas romanas, como pueden ser:*Apodyterium: vestuario-guardaropa // *Palestra: patio central al que se abrían todas la demás estancias y se podían prácticar ejercicios físicos // *Frigidarium: sala de agua fria // *Tepidarium: sala de agua templada // *Destrictarium: lugar donde se limpia la piel (alrededor de un estanque) // *Laconicum: lugar donde se realizaban baños de vapor // *Caldarium: sala de agua caliente // *Unctorium: sala accesa que se encuentra al lado de los baños // *Natatio: piscina de agua fria, puede estar dentro del frigidarium o en el exterior //Hacía falta mucho combustible y mucha agua para desarrollar este sistema de baños. Los recursos hidráulicos eran traídos mediante la red de acueductos que toda ciudad romana tenía. El interior de las estancias y las piscinas de agua caliente se realizaba mediante el sistema de hypocaustum. El sistema está basado en la distribución mediante túneles y tubos de agua caliente y vapor que se extendía por debajo de los suelos de las estancias y piscinas y era alimentado por una serie de hornos que se hallaban en los sótanos.Y ahora un vídeo para aclarar mejor todos estos conceptos:

lunes, 28 de mayo de 2012

RÓMULO Y REMO

Según la tradición romana, Rómulo (c. 771 a. C.[1] – c. 717 a. C.) y su hermano gemelo Remo (c. 771 a. C. – c. 753 a. C.) fueron los encargados de fundar Roma. Finalmente sería solo Rómulo quien la fundaría, constituyéndose en su primer rey. La historiografía actual considera falsa esta tradición, fijando el origen de la ciudad a finales del siglo VII a. C.
Nacimiento y primeros años Numitor era el rey de una ciudad de Lacio llamada Alba Longa. Fue destronado por su hermano Amulio, quien lo expulsó de la ciudad, y procedió a matar a todos sus hijos varones excepto a su única hija Rea Silvia. Como no quería que Rea Silvia tuviera hijos la obligó a dedicarse al culto de Vesta asegurándose de esta forma de que no iba a tener hijos. Sigue narrando la leyenda, que Rea Silvia se encontraba durmiendo en la orilla de un río y el dios Marte se quedó prendado de ella, la poseyó y la dejó embarazada. Como consecuencia de esta unión, Silvia, tuvo gemelos a los que posteriormente llamó Rómulo y Remo. Antes de que el rey Amulio se enterara del suceso, colocó a sus hijos en una cesta en el río Tíber para que no sufrieran el mismo camino que sus tíos. La cesta embarrancó. Los pequeños fueron amamantados por una loba, Luperca, y más tarde recogidos por el pastor Fáustulo y cuidados por su mujer, Aca Larentia. Se decía que habían sido educados en Gabio, centro cultural del Lacio; más tarde se dedicaron al bandolerismo.
Regreso y fundación de Roma Cuando crecieron descubrieron su origen, por lo que regresaron a Alba Longa, mataron a Amulio y repusieron a su abuelo Numitor en el trono. Éste les entregó territorios al noroeste del Lacio. En el 753 a. C. los dos hermanos decidieron fundar una ciudad, según el rito etrusco, en ese territorio, en una llanura del río Tíber en el preciso lugar en donde embarrancó la cesta. No hubo acuerdo entre ellos, ya que Remo entendió que los augurios de seis aves en el cielo, señalaban fundarla sobre el Aventino. En tanto Rómulo, al ver doce aves volando sobre el monte Palatino, decidió que en ese lugar debía levantarse la nueva urbe. Rómulo demarcó con un arado lo que serían los límites de la ciudad (pomoerium), la futura Roma quadrata del Palatino. A la vez juró matar a todo aquel que traspasara los límites sin permiso. Remo, hallándose en estado de ebriedad desafió a su hermano, ya que no sería el nuevo rey. Burlándose de Rómulo saltó sobre el surco del arado, mas cumpliendo el juramento, Rómulo lo mató. Mas tarde, lleno de arrepentimiento lo sepultó en la cima del Palatino y le dió su nombre a la nueva ciudad. La ciudad se levantó en el pomoerium palatino, y Rómulo quedó como único soberano. Creó el senado, compuesto por cien miembros (patres) cuyos descendientes fueron llamados patricios y dividió la población en 30 curias (congregaciones). Para poblar la ciudad, Rómulo aceptó todo tipo de gente (asylum): Refugiados, libertos, esclavos, prófugos, etc.

lunes, 13 de febrero de 2012

PÁGINA DE DESCARGAS DE MATERIALES de ROMA

En esta página tienes materiales para descargar y repasar los contenidos de Roma.

jueves, 9 de febrero de 2012

NUMANCIA

La caída de Numancia

Los numantinos, vencidos por el hambre, enviaron cinco mensajeros a Escipión con el fin de saber si, en el caso de que se entregase, podían esperar de él un trato benévolo; el presidente de esta embajada, Avaros, ensalzó mucho la resolución y el valor de los numantinos, añadiendo que no habían cometido por ello ninguna falta, puesto que, si sufrieron hasta tal extremo aquellas calamidades, lo hicieron por sus hijos y por la libertad de su patria. Por ello, añadió Avaros, sería digno de ti, Escipión, y de tu fama el perdonar a este puebo de tan gran ánimo y de tan gran valor, proponiéndonos a nosotros, que acabamos de experimentar tales cambios de fortuna, condiciones llevaderas y soportables. Así pues, el que la ciudad se entregue, si pones condiciones moderadas, o, por el contrario, que sucumba, no depende ya de nosotros sino de ti. Así habló Avaros, y Escipión, que tenía conocimiento por los prisioneros de cómo estaba la situación en el interior de la ciudad, le respondió que alegaba la condición de que entregasen tanto la ciudad y sus ocupantes como sus armas. Al conocer esta decisión los numantinos, muy irritados ya por verse en tal trance, y acostumbrados como estaban a una libertad sin trabas e incapaces de soportar órdenes de nadie, se enfurecieron entonces mucho más aún al considerar sus desventuras. Fuera de sí, dieron muerte a Avaros y a sus compañeros de embajada por sospechar que habían tratado con Escipión de salvaguardar sus propios intereses.

Poco tiempo después, faltos los numantinos de toda clase de alimentos, sin granos ni ganados ni hierbas, comieron primero (igual que otros habían hecho ya en condiciones similares) las pieles cocidas; pero posteriormente, carentes también de pieles, se alimentaron de carne humana; en un principio con la carne de los que morían, que cocinaban en pedazos, pero posteriormente, despreciando la de los enfermos, se entregaron los más fuertes a matar a los más débiles. Ninguna calamidad les faltó: enfurecidos los ánimos por esta clase de alimento, por el hambre y por la peste, sus largas cabelleras y el abandono de sus cuerpos acabaron por darles un aspecto como el de las fieras. En tal situación se pusieron de nuevo en tratos con Escipión, quien les ordenó que aquel mismo día llevasen las armas a un lugar convenido y que al día siguiente se presentasen ellos en otro lugar; pero los numantinos aplazaron el cumplimiento de esta orden, confesando qué muchos aspiraban aún a la libertad prefiriendo quitarse ellos mismos la vida; por ello pidieron un día más de plazo para poder disponer de su muerte.

Apiano, Iberia 95-96

INVASIÓN ROMANA DE LA PENÍNSULA IBÉRICA

domingo, 5 de febrero de 2012