Han sido 3 los Emperadores Romanos nacidos en Hispania: Adriano, Trajano y Teodosio.
Los primeros en la etapa más estable de la historia el Imperio, en la dinastía Antonina, entre el 28 de enero del año 98 y el 10 de julio del 138, Trajano y Adriano rigieron los destinos de Imperio más importante del mundo de manera consecutiva. Tendríamos que esperar al 379 (19 de enero), año en que comenzó el reinando de Teodosio I, el grande hasta su fallecimiento en el 395.
En el año 98, Marco Ulpio Trajano se
convertía en el XIII Emperador Romano sucediendo a Nerva. Este no había
tenido descendencia y había optado por alguien son suficiente
experiencia militar y consular como el hispano Trajano, nacido en Itálica,
primera ciudad construida por los romanos en Hispania y fundada para
veteranos de la Segunda Guerra Púnica contra los Cartagineses, cerca de
Sevilla. En su reinado el Imperio se expandó hacia el este, destacando
la conquista de la Tracia y las guerras con los Partos. Poco antes de morir adoptó a Adriano, hijo de un primo suyo, que sería su sucesor.
En el 138, a la muerte de Trajano, Publio Elio Adriano
se convertía en el XIV Emperador. Nacido también en Itálica, durante su
reinado el Imperio alcanzó su máxima extensión, es junto a Trajano,
uno de los 5 emperadores buenos. Su
reinado no fue muy activo militarmente como su predecesor. Sólo se
puede destacar las guerras con los Judíos. A destacar las
fortificaciones que estabilizaron las fronteras como en Germania y
Britania donde levantó el famoso “Muro de Adriano“, fortificación de piedra que marcaba los limes del Imperio.
Nacido en Cauca (actual Coca), Segovia, Flavio Teodosio I, llamado el Grande,
fue el último emperador que rigió todo el Imperio. A su muerte
se dividió entre sus hijos Arcadio (Oriente) y Honorio (Occidente)
debilitando notablemente su fuerza. Sucedió a Valente, fallecido en la gran derrota romana de Adrianápolis a manos Visigodas. Hay que destacar que fue el impulsor de convertir al catolicismo como religión oficial del imperio, tras el