Observa las distintas maneras que tienen los romanos de hacer muros.
La cal se obtenía quemando en hornos
especiales piedra caliza corriente, trozos de mármol, guijarros de río,
etc. El fuego transforma estos materiales en óxido cálcico o cal viva,
que se "apaga" con agua, transformándose entonces en un hidrato
cálcico. Mezclado con materiales menudos y porosos en una proporción
determinada (de ello depende su calidad), se obtiene una argamasa o
mortero que al contacto con el aire va fraguando, convirtiéndose en
hidrato cálcico, en un compuesto estable de carácter lítico
perfectamente trabado con los materiales menudos, es decir, en una
verdadera roca. La porosidad de los materiales mezclados tiene por fin
no sólo aligerar el peso del hormigón, sino también facilitar y acentuar
su homogeneidad, su trabazón.
(GARCÍA BELLIDO, Arte romano, C.S.I.C., pág. 49).
"Pues quién podría
maravillarse lo suficiente ante el hecho de que la porción más
deleznable de la sustancia de la tierra, que en consecuencia denominamos
polvo, de las colinas de Pozzuoli, encuentra a las olas del mar y tan
pronto como se sumerge se transforma en una masa de piedra que resiste
los ataques de las olas y se torna más fuerte cada día."
(VITRUVIO, Los diez libros de arquitectura. pág. 45).
Fue realizada en mármol de Carrara por encargo de Augusto
iniciándose en el 13 aC e inaugurándose el 9 aC. Está dedicado a
la diosa Pax y se levantó para celebrar las victoriosas campañas
de Augusto en Galia e Hispania y a la paz por él impuesta. Se levantó en
el Campo Marcio septentrional en la zona donde tradicionalmente se
practicaban maniobras del ejército, de la caballería y, en tiempos más
recientes, demostraciones gimnásticas de jóvenes romanos.
El caudal del Tíber aumentó y hubo muchas inundaciones razón por la
que se decidió proteger el Ara Pacis con un muro que no resultó muy
efectivo: el destino del Ara Pacis parecía decidido y su olvido
irreversible. Durante más de un milenio el silencio envolvió el Ara
Pacis y hasta se perdió la memoria del monumento.
El ara es una pequeña construcción rectangular abierta por el techo
que encerraba un altar. Constaba de dos puertas, una anterior con
escaleras para el oficiante y otra posterior para los animales que iban a
ser sacrificados.
Uno de los elementos más característicos es la abundante decoración
que presenta. Dentro tiene un friso con guirnaldas y bucráneos y fuera
un zócalo con roleos y cuatro alegorías flanqueando las puertas Estas
alegorías están relacionadas con la mítica fundación de Roma y
representan a Eneas y la Tierra como una mujer con dos niños,
flanqueada por los genios fertilizantes del Aire sobre un cisne y del
Agua sobre un monstruo marino, todo ello acompañado de frutos y animales
que hacen alusión a la prosperidad proporcionada por la Paz de Augusto.
Pero sin duda lo más conocido son sus dos frisos con la procesión de
la familia imperial para hacer una ofrenda por la paz creada por el
emperador. En vanguardia desfila Augusto, seguido de su familia, amigos y
colaboradores y después desfila todo el aparato civil y y religioso del
Estado (sacerdotes, senadores, magistrados,…).
Entre las características del relieve podemos destacar su gran
realismo y vivacidad junto un sorprendente detallismo y precisión en el
modelado. Destaca por su alto grado narrativo que aparece representado
con una gran movilidad y riqueza gestual que lo hace muy dinámico. Junto
a ello destacar el gusto por la recreación del paisaje y la decoración
arquitectónica. Todos los relieves fueron labrados por artistas
helenísticos y son una muestra magistral del uso de relieve pictórico.
Tras siglos de abandono el monumento se redujo a ruinas hasta que en 1938
(cuando se cumplía el bimilenario del nacimiento del emperador
Augusto), Mussolini decido restaurarla en una extraordinaria operación
de propaganda. No es la primera vez que hablamos del interés de los fascistas por el mundo grecorromano, por lo que Mussolini convirtió esta empresa en un acto de exaltación a su régimen.
Inició una compleja operación de rescate de
los fragmentos de la obra entre los cimientos de un palacio
renacentista. Este rescate se convirtió en una gesta de la arqueología
moderna. El régimen se hizo con los fragmentos del Museo de los Uffizi y
del Vaticano y el Ara Pacis fue reconstruido en tres meses junto al
Mausoleo de Augusto donde lo inauguró Mussolini el 23 de septiembre de
1938.
Aquí tenéis una reconstrucción de cómo sería con sus colores originales.
El
Hombre de Vitruvio es el dibujo realizado por Leonardo da Vinci
alrededor del año 1492 en uno de sus diarios y que se acompaña de notas
anatómicas. El dibujo está realizado en lápiz y tinta y mide 34,2 x 24,5
cm. En la actualidad forma parte de la colección de la Galería de la
Academia de Venecia.
Se
trata de un estudio de las proporciones del cuerpo humano, realizado a
partir de los textos del arquitecto romano Vitruvio titulados -Vitruvii
De Architectura-, y del que el dibujo toma su nombre. Dice Vitruvio en su libro tercero cuando trata del origen de las medidas de los templos:
Es
imposible que un templo posea una correcta disposición si carece de
simetría y de proporción, como sucede con los miembros o partes del
cuerpo de un hombre bien formado.
El
cuerpo humano lo formo la naturaleza de tal manera que el rostro, desde
la barbilla hasta la parte mas alta de la frente, donde están las raíces
del pelo, mida una décima parte de su altura total. La palma de la
mano, desde la muñeca hasta el extremo del dedo medio, mide exactamente
lo mismo; la cabeza, desde la barbilla hasta su coronilla, mide una
octava parte de todo el cuerpo; una sexta parte mide desde el esternón
hasta las raíces del pelo y desde la parte media del pecho hasta la
coronilla, una cuarta parte. Desde
el mentón hasta la base de la nariz, mide una tercera parte y desde las
cejas hasta las raíces del pelo, la frente mide igualmente otra tercera
parte. Si nos referios al pie, equivale a una sexta parte de la altura
del cuerpo; el codo, una cuarta parte, y el pecho equivale igualmente a
una cuarta parte.
En el Imperio romano había diferentes clases sociales, y
cada una de ellas tenía unos derechos diferentes. La mayoría de los
ciudadanos eran libres, por lo que gozaban de la ciudadanía por lo que
no pagaban impuestos, tenían derechos políticos y estaban protegidos por
las leyes romanas. Pero dentro de estas personas libres había también
diferencias. Unos pocos tenían riquezas, eran los llamados Patricios, que
eran personas pertenecientes a la nobleza, entre los que encontramos a
los senadores, altos cargos del imperio u hombres enriquecidos. Estos
eran la minoría de la población, y contaban con todos los derechos
políticos y muchos recursos económicos. Pero la mayoría de la población
eran Plebeyos, que aunque poseían ciertos derechos, no
tenían tantos como los Patricios. Por otro lado encontramos a las
personas no libres, los esclavos, que no eran considerados personas, se
podían comprar y vender como mercancía y no tenían ningún derecho.
LUDUS GLADIATORIUS: Escuela y hogar de gladiadores
Cabe destacar que los gladiadores no todos eran esclavos. De hecho,
hubo hasta emperadores que bajaron a la arena a luchar. Así pues, el
origen de los luchadores era muy variado… Desde hombres libres en busca
de gloria y fama hasta los esclavos y prisioneros que podrían llegar a
conseguir la libertad. Y debido a la gran variedad de estilos de lucha
existente, y a lo variopinto del origen de los gladiadores en sí mismos,
se crearon las escuelas de gladiadores, los Ludus gladiatorius, de esta forma se lograban espectáculos dignos a los ciudadanos romanos.
Reproducción de un ludus gladiatorius hallado en Austria.
Los gladiadores comían, se entrenaban y vivían en el ludus;
prácticamente era su casa ahí entrenaban, dormían, comían. A los dueños
se les llamaba: “lanistas”, en la mayoría de las veces el lanista también vivía en el ludus pero rodeado de comodidades.
Muchos gladiadores retirados de la arena pasaban a ser profesores en el ludus. Eran los Magistri. Otros, los más acaudalados, pasaban a ser los dueños del ludus, estos últimos son los lanistas
Un lanista, además de entrenador, era un empresario que tenía siempre
disponibles hombres adiestrados. El lanista reclutaba a los
gladiadores, los formaba y los ponía a disposición del editor. A la hora
de cerrar el trato cabían dos posibilidades: o bien la compra directa,
que era los más simple o bien un contrato de alquiler-venta. Este último
consistía en que el editor pagaba una suma por el alquiler de los
gladiadores supervivientes y pagaba el precio de venta por los que
morían en el Coliseo.
Dada la necesidad creciente de gladiadores que tenía el estado, el
emperador se convirtió en el mayor empresario y entrenador, creando
varias escuelas para ello. Tal fue la presencia del estado en el negocio
de los lanistas que este oficio casi desapareció, quedando unos pocos
en la periferia del imperio.
En la ciudad de Roma hubo cuatro escuelas de gladiadores, dos de
ellas cerca del mismo Coliseo. Los emperadores solían contar, para los
espectáculos de Roma con auténtico ejercito de combatientes, reclutados
de entre los prisioneros y también, por los condenados a muerte. El
lanista, tras observar las características de la gente les daba una
especialidad: los “samnitas” peleaban con escudo y espada; los
“retiarius” con red y tridente, los “mirmillos” llevaban un casco en
forma de pez… De entre todas las escuelas, la más famosa fue la de
Capua, en el sur de Italia.
Escena de Espartaco. El entrenador (magistri), a la derecha, enseña dónde golpear para matar o solo herir.
Otro aspecto a tener en cuenta. La vida del gladiador no era tan
corta como nos hacen creer en el cine y televisión. La inversión en un
solo gladiador era altísima, así que no convenía a nadie que este
muriera cuando perdiera un combate. Por ello, aunque eran espectáculos
llenos de sangre y violencia, los gladiadores muertos en la arena no era
alto. Se les indultaba la vida más a menudo de lo que se piensa. TIPOS DE GLADIADORES Y SU ARMAMENTO
Llegaron a haber doce tipos distintos de gladiadores
Los SAMNITAS tomaban su nombre de un
armamento especial tomado del pueblo homónimo. Se decía que los
campanianos, después de la victoria alcanzada por el dictador Papirio
Cursor sobre los samnitas en el año 44 de Roma, adoptaron para sus
gladiadores el equipo militar de sus vencidos que se componía de un gran
escudo oblongo, un casco con visera, cresta y cimera de plumas, una
ócrea, (greba) en la pierna izquierda, una especie de brazal de cuero o
metal que cubría en parte el hombro en el brazo derecho y una espada
corta. Fue el primer tipo de gladiador en aparecer.
Los MURMILLOS o murmillones se distinguían
por su casco de bordes amplios con una alta cresta, que les daba
aspecto de pez. Llevaban túnica corta, cinturón ancho, armadura en su
pierna izquierda y en su brazo derecho y el clásico escudo rectangular
curvado del legionario romano. Su arma era la espada corta y recta del
legionario o gladio, de donde los gladiadores toman su nombre. Se
cree que el estilo de su vestimenta y armas deriva de los guerreros
galos. En ocasiones luchaban con armadura completa, convirtiéndose en un
formidable oponente.
Los gladiadores TRACIOS contaban con un
pequeño escudo rectangular o “parmula” (de aprox. 60 x 65 cm) y una
espada muy corta con hoja ligeramente curva o “sica”, con el objeto de
atacar la espalda desarmada de su oponente. Su indumentaria incluía
armadura en ambas piernas, necesarias dado lo reducido de su escudo,
protector para el hombro y brazo de la espada, túnica corta con cinturón
ancho y casco con pluma lateral, visera y cresta alta. Derivado del
guerrero griego de Tracia, como su nombre lo indica.
En tiempo del Imperio romano estaban muy en boga los gladiadores llamados SECUTORES que iban armados de casco, escudo y espada, derivación de los mirmillonespara combate con los reciarios. Sus armas eran iguales a las de los mirmillones,
con excepción del casco, que era completamente liso y con pequeños
agujeros para los ojos, para evitar ser atrapados en la red de los reciarios.
Los RECIARIO combatían con los secutoresy
vestían túnica corta o faldilla con cinturón y llevaban el brazo
izquierdo cubierto con una manga, iban con la cabeza descubierta y
armados de una red, un tridente (fuscina) y un puñal. La habilidad del reciario
consistía en lanzar la red para cubrir a su oponente por la cabeza,
inmovilizarle y clavarle el tridente a través de la misma. El puñal se
utilizaba para matar a su adversario o para deshacerse de la red,
cortando la línea que la sujetaba a su muñeca. Los reciarios excepcionalmente combatían contra los mirmillones que iban armados y combatían del mismo modo que los secutores.
Los LAQUERAII eran unos gladiadores que
aparecieron en los últimos tiempos del Imperio y que iban escasamente
armados. Su característica era el uso del lazo, con técnica similar a
los reciarios.
Los HOPLOMAHUS llevaban armadura completa,
compuesta de casco con visera, coraza y ócreas. Armados con una lanza y
un escudo circular, a semejanza del que usaba la infantería griega: los
hoplitas.
Los gladiadores que combatían a caballo (EQUITES) llevaban un casco con visera cerrada, los brazos envueltos en correas, por arma ofensiva tenían el spiculum (lanza parecida al pilum, pero más moderna) y por arma defensiva la parma.
Los que combatían sobre carros (ESSEDARIUS) querían imitar las hábiles maniobras de los guerreros bretones, modo de combatir que fue introducido en Roma por César.
Los ANDABATAE eran aquellos forzados a
combatir y que llevaban un casco sin agujeros en la visera. Se trataba
de condenados a muerte en la arena, y se les ponía un casco sin
aberturas para que quedaran ciegos y, así, sin adiestramiento alguno, se
les enviaba a la arena, donde el resultado era siempre el esperado: la
muerte del condenado. Servían de diversión cómica
al público presente. Al parecer, ver luchar a un invidente, rodeado de
gente que lo quería matar, era graciosísimo; no comparto ese humor, pero
¿quién soy yo para cuestionar el sentido de humor imperial?
Los DIMACHAERUS luchaban con dos espadas y
grebas que protegían ambas piernas, cinturón ancho y protección en los
brazos. A este tipo pertenecía al parecer Espartaco.
Los PROVOCATORES que solían abrir las tardes
de los espectáculos de combate en los anfiteatros. Combatían con
espada, escudo, casco con dos viseras pero sin ala para no ser
enganchados por las redes de los reciarios, con los que frecuentemente luchaban y un protector en el pecho (cardiophilax).
En la próxima entrada, el anfiteatro, el coliseo y las reglas de combate entre gladiadores el
anfiteatro, el coliseo y las reglas de combate entre gladiadores,
donde, a pesar de lo que aparece en el cine y en la literatura actual,
había reglas muy estrictas y árbitros, los summa rudis
Origen de los gladiadores
El término hace referencia a la espada, gladio. Así pues, un
gladiador se podría traducir como “El que porta la espada”, el
combatiente.
Se remonta su origen a la civilización etrusca. Los etruscos fueron
un pueblo asentado en la Toscana, conformado como federación de 12
ciudades unidos exclusivamente por lazos religiosos. Área de influencia de la civilización etrusca
Y centrándonos en su religión, aunque sin ahondar en el tema, es del
tipo de revelación, y está plasmada en una serie de libros sagrados,
los cuales tienen temas tales como la interpretación de los rayos, la
adivinación, la rectitud del estado y de los individuos y hasta un
análogo del Libro de los Muertos egipcio. Los dioses más importantes, que guardan relación con los griegos, son Tinia (Zeus), Uni (Hera) y Menrfa (Atenea).
Los etruscos creían en la vida de ultratumba, de ahí las manifestaciones de gran importancia en los lugares de enterramiento.
Es importante destacar que lo sagrado intervino ininterrumpidamente
en sus vidas y su presencia agobiaba sus espíritus y corazones, aunque
un modo de paliar o atenuar esto fue una moral que resultaba «licenciosa» a los griegos y romanos. Es casi con seguridad que de los etruscos tomaron los romanos la noción de circo, ya
no para representaciones teatrales sino para luchas entre gladiadores:
en efecto, entre los etruscos estas luchas solían formar parte de
sacrificios fúnebres a sujetos de la élite, o una «diversión» realizada con los prisioneros de guerra.
Y es aquí donde está el origen de los gladiadores:
En las pompas fúnebres de los personajes ilustres, en torno al S. VI a.
C. es probable que se encontrase alguna relación con la costumbre de
inmolar los prisioneros en la tumba del héroe muerto en la guerra,
practicada por algunos pueblos primitivos.
Constituían una parte de los juegos fúnebres de los etruscos y
parecen referirse al culto de Saturno, lo cual indica que en un
principio se celebraban durante las Saturnales. Dichos combates se
introdujeron en Roma hacia el S. III a. C. Como no siempre había
prisioneros que combatieran mientras el cadáver se quemaba en la pira,
pues tal era el momento en que se producía el duelo gladiatorio, en que
la sangre que se vertía era como un holocausto ofrecido al difunto, no
faltaban hombres temerarios que se prestaban libremente a combatir.
Tales fueron los primeros gladiadores. Los primeros gladiadores romanos.
Según los historiadores romanos Tito Livio y Valerio Máximo, fueron
los hermanos Marco Junio Pera y Décimo Junio Pera, aristócratas romanos
de raíces etruscas, los primeros en organizar en Roma unos juegos de
gladiadores (munus gladiatorum) en el año 264 a. C. con motivo de los
funerales de su padre, Junio Bruto Pera, descendiente de uno de los
fundadores de Roma. Tuvieron lugar en el Foro Boario.
Por entonces o eran hombres libres que luchaban a sueldo o eran esclavos o ladrones los que debían participar.
Tal fue el éxito de esta modalidad de honrar a los muertos que pronto
se extendió por toda la sociedad romana como forma de honras fúnebres,
de tal forma que no se era nadie si no se era capaz de promover una
buena lucha de gladiadores. De ahí, se pasó a ser un espectáculo
público, pagado por los emperadores para entretenimiento del pueblo. Era
la diversión más popular del imperio romano.
En la próxima entrada seguiré con Escuelas de gladiadores, su panoplia y las distintas clases de gladiadores
Continuando con el tema de los gladiadores, iniciado en las entrada Primera y Segunda, toca el turno a hablar de los combates en sí mismo, dónde se celebraban y las reglas estrictas que los regían. EL ANFITEATRO: El lugar de los combates.
Todo deporte moderno se practica en su propio tipo de estadio.
Necesita de un lugar específico para su desarrollo correcto y están
diseñados además para que el público disfrute del espectáculo sin
importar dónde esté situado. Pues todas las ideas modernas de
construcción de estadios tienen su origen, sin lugar a dudas, en los
antiguos anfiteatros; eran los lugares donde se practicaba el deporte de
masas de moda en la época: la lucha de gladiadores y las naumaquias
(combates navales en el propio anfiteatro). Además tenían capacidad para
una gran cantidad de espectadores, así como la infraestructura
necesaria para que el espectáculo fuera ágil y ameno… lugares para los
“actores” (gladiadores), espacio para fieras, (algunas luchas de
gladiadores eran contra fieras), trampillas de salida, etc. También
estaban dotados para los músicos, pues eran espectáculos amenizados con
música. Todo un lujo. Y sí, puse “deporte” porque los romanos lo veían
así, como un deporte de riesgo.
Los anfiteatros eran unos edificios de planta redonda u oval (los hay
de las dos formas). En la parte central está la arena, la zona de
combate, con las gradas alrededor para el público. Los servicios propios
del anfiteatro solía estar bajo la arena.
Anfiteatros los había por todo el imperio, pero el que a todos se nos
viene a la cabeza era el ANFITEATRO FLAVIO, más conocido como COLISEO.
Este gigantesco edificio tenía un aforo de 50.000 personas. Asistir a
los juegos de gladiadores era gratuito, pero no por ello se podía
sentar cualquiera en cualquier sitio. Las gradas (cávea) estaban
divididas en cuatro secciones (descritas de izquierda a derecha):
En el podium, el primero de ellos, se
sentaban los romanos más ilustres: senadores, magistrados,
sacerdotes. En ambos extremos del eje menor había sendos palcos: la
tribuna imperial (pulvinar) y otra reservada
para el magistrado que en ocasiones presidía los juegos. Dado que este
piso era el más próximo a las fieras, había una red metálica de
protección y arqueros apostados regularmente.
El maenianum primum, para los aristócratas que no pertenecían al senado,
El maenianum secundum, dividido en el imumpara los ciudadanos ricos y el summumpara los pobres.
En lo más alto estaba el maenianum summum in ligneis, hecho de madera, probablemente sin asientos y reservado para mujeres pobres.
El espectáculo se desarrollaba en la arena y bajo ella estaba el
hipogeo, un laberinto de túneles, mazmorras, jaulas, habitáculos para
los gladiadores y todo lo necesario para que todo saliera a la
perfección. Este hipogeo contaba con montacargas y trampillas para la
salida de los protagonistas hacia la arena.
Además contaba de lugar para los músicos, pues como dije, estaba amenizado con música.
Contaba además el Coliseo con un “velario”: una cubierta de tela
desplegable accionada mediante poleas para evitar el molesto sol. Esta
cubierta, hecha primero con tela de vela y luego sustituida por
lino (más ligero), se apoyaba en un entramado de cuerdas del que poco se
sabe. Cada sector de tela podía moverse por separado de los de
alrededor.
En fin, todo un lujo, para un espectáculo de primera. EL COMBATE: Las reglas del juego
A pesar de la imagen caótica que nos ofrece el cine en los últimos
tiempos, un combate de gladiadores se parecería más a lo que aparece en
la película Espartaco, (1960) dirigida por Stanley Kubrick.
En las escuelas de gladiadores se les sometía a un durísimo
entrenamiento diario con una dieta a base de legumbres, lo cual hacía
que los gladiadores fueran unos hombres muy musculosos y fuertes. No es
de extrañar que todas las mujeres de Roma quisieran sexo con estos
combatientes.
Una vez entrenados ya estaba todo listo para el combate. Se comenzaba
anunciándolo con varios días de antelación, bien con carteles como con
programas de mano, donde constaba todo lo necesario: cuándo se
celebraban, quién era el editor (lo cual era importante, dependiendo de
quién fuera, podía ser de mayor o menor calidad), etc.
El día anterior se les ofrecía la cena libera:
una cena con orgía en la que podían hacer lo que quisieran, pues muchos
sabían que sería la última cena. Tras la cena, y previo al combate, la
oración a Némesis, la diosa de la fortuna y la venganza.
Se inicia el ritual: los gladiadores salen a la arena y hacen un
calentamiento: un simulacro de lucha con armas de madera o romas. Tras
el calentamiento, suena un cuerno, la hora de la verdad ha llegado. Los
lanistas seleccionan a las parejas de gladiadores que deben actuar y
delimitan el terreno para cada combate señalándolo en el suelo de arena
con un bastón. Y para cada combate se nombra a un árbitro, el suma rudis. .
Este árbitro atendía a que la lucha fuera honorable, evitándose el
salvajismo y promocionando el juego limpio, de tal forma que si a uno de
los combatientes se le caía accidentalmente el escudo, se paraba el
combate para que este lo recogiera. Vigilaba que se usaran las armas
adecuadas para cada tipo de arte gladiador.
Cuando uno de los combatientes perdía el combate, tiraba el escudo al
suelo y levantaba la mano. Esto era verificado por el suma rudis. En
ese momento se pedía clemencia al público quien dictaminaba si vivía o
moría el gladiador vencido. Si no había clemencia, la muerte era
administrada de forma rápida, dependiendo del arma portada por el
vencedor. El perdedor no oponía resistencia, teniendo así una muerte
digna.
En caso de que el público si tuviera clemencia con el vencido, el
ganador tiraba el arma al suelo. Y todo bajo la mirada atenta del
árbitro, naturalmente.
Los malheridos se les remataba en la arena para que no sufrieran, mediante un golpe mortal en la cabeza, dado por un verdugo. Los gladiadores que morían en la arena eran arrastrados al espoliariopor
los esclavos que estaban al servicio del anfiteatro los cuales se
valían de un garfio de hierro y los sacaban por la puerta llamada de la
Muerte. Dicha puerta conducía al Spoliarium,
dependencia del anfiteatro destinada a depositar los cadáveres para
despojarlos de sus armas y vestiduras, acto que determina bien el
concepto de expoliar de donde proviene la palabra. Tras el combate, el vencedor se
llevaba una palma y, en ocasiones, premios en metálico, de tal forma que
un gladiador podía llegar a ser MUY rico.
Al final de una larga carrera victoriosa el luchador podía ser
liberado si se le premiaba con una rudis, espada de madera, símbolo de
la libertad para los gladiadores.
Dato curioso: solo el 10% de los gladiadores murieron en combate en
la arena. A consecuencia de sus heridas morirían otros tantos. GLADIADORES FAMOSOS Cornelius Átticus: Este gladiador era un
atleta que vivió y posiblemente murió en la ciudad romana de Pollentia
(Alcúdia-Mallorca) en el siglo I d.C. Muy conocido por participar en
pruebas de atletismo, dicen que también se prestaría en los juegos de
gladiadores. En el Museo Arqueológico Local se encuentra un casco y un
antebrazo de gladiador muy bien conservado. Cornelius Scipion “Africanus”: El primer
gladiador conocido de la historia. En el 206 a.C participó en los
primeros juegos de gladiadores en honor a su difunto padre. Espartacus: Famoso por haber acaudillado una
rebelión de esclavos contra el poderío de Roma. Dicen que era un
príncipe tracio y que vivió hacia el 90 y 71 a.C. Este soldado de las
tropas auxiliares romanas de Tracia llegó a desertar y huyó buscando su
libertad. Fue hallado y hecho prisionero. Gracias a su preparación
física fue enviado con los gladiadores de Capúa. En la escuela de
gladiadores de Capúa, Espartaco empezó a revolucionar a todos por sus
ideologías en contra de los Gracos y por la pérdida de los poderes del
pueblo más llano. Sus continuas revueltas le llevaron con el tiempo a
Roma.
Volvió al ejército y llegó a organizar un ejército de 40.000 hombres
junto a los cónsules enviados por Roma, Léntulo y Publícola. Luchó con
valentía por la libertad y la justicia. Espartaco fue preparado en
Capua- lugar donde llegó tras ser hecho prisionero y en que entró en su
escuela de gladiadores- y fue el motivador de la famosa rebelión de los
esclavos contra Roma. Capua se hizo famosa por albergar los juegos más
sangrientos realizados por su escuela de gladiadores. Espartaco murió
en el combate contra las tropas de Marco Licinio Craso y 6.000 de sus
soldados fueron crucificados a lo largo de la Vía Apia. Diocles, “El Hispano”: Llegó a vencer en 1462 carreras y en ganar una gran fortuna en épocas de Trajano y Adriano durante el I siglo d.C. León “El Africano”: Este gladiador provenía del norte de Africa. Marco Valerio “Hispánico”: Ex general
romano. Su historia se dió a conocer gracias a la película que
protagonizó Russell Crowe en “Gladiator” con el nombre de Maximus
Decimus Meridius “El Hispano”- nacido en Mérida (Extremadura). El
auténtico vivió a finales del siglo II d.C (Año 180) y fue muy conocido
en su época, sobre todo cuando el espectáculo de los gladiadores iba a
menos y otra causa fue que el Imperio Romano era ya prácticamente
cristiano